La gran característica de las tejas de fibrocemento es su capacidad anticorrosiva y resistencia a la humedad. Así mismo, su gran soporte para enfrentar otras amenazas del entorno como pueden ser las termitas u otros agentes patógenos. Estas cualidades las hacen ideales tanto para entornos residenciales e industriales, como para usos agropecuarios. Gracias al material del que están compuestas, las tejas de fibrocemento no se deforman, ni contraen. Al mismo tiempo son anticombustibles, resistentes a la oxidación y a los fuertes impactos. Todo esto, las convierte en un material de alta durabilidad y en una opción bastante económica en relación a su gran calidad. Las tejas de fibrocemento onduladas se fabrican con una mezcla de fibras orgánicas o inorgánicas, cemento y agua, con la adición de arenas silíces. El fibrocemento es un material altamente sustentable, así como resistente al fuego, salitre, hongos y termitas. Además, contribuye a reducir los efectos molestos del medio ambiente, como ruidos y cambios de temperatura.

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